Un packaging original puede cambiar las reglas de juego por completo. En este sentido, apostar por un packaging cuidado, ayuda a diferenciarte de la competencia y sobre todo a mejorar el reconocimiento de marca.
¿Qué es el packaging?
Con este anglicismo nos referimos al envase, envoltorio y etiqueta de un producto comercial, es decir, la carta de presentación del artículo ante su público.
El envase deja atrás la única función de ser adecuado para el mantenimiento del producto, y se convierte en una herramienta más de marketing y publicidad de tu marca.
Las empresas deciden invertir parte de su presupuesto en diseñar un buen envase. Piensa por ejemplo en los artículos de lujo. Su mayor hándicap después de la marca es el propio continente del producto. Tal es su peso, que realizan miles de pruebas antes de sacar el artículo a la venta.
Sin irnos tan alto: en un país vinícola, como España, donde la producción y exportación del vino suponen un porcentaje notable de la riqueza generada, las bodegas cuidan especialmente cada elemento del envío del vino: desde la etiqueta o el corcho, a los accesorios como las bolsas para botellas de vino, sacacorchos personalizados o aireadores personalizados.
Porque el buen vino ya no es la única marca identitaria. Ahora los accesorios de vino, también forman parte del pack de branding básico para bodegas.
El packaging cada vez cobra una mayor importancia en el momento de la compra. Incluso puede conducir al éxito o al fracaso del producto, haciendo sombra a la calidad del mismo.
¿Cómo acertar con un packaging original para nuestro producto?
A continuación, te compartimos las claves para llevar a un nivel superior el marketing y la promoción de tu empresa.
Define la audiencia a la que va dirigido el producto
Conocer en profundidad al consumidor y saber cuáles son sus necesidades son hoy las dos prioridades básicas de toda empresa. ¿Por qué?
Para impactar visualmente a un cliente debes conocer cómo es el público al que te diriges y qué tipo de mensajes valora a la hora de decantarse por tu marca o por la competencia.
La edad, por ejemplo, es uno de los factores más importantes para diferenciar qué es lo primero que les llama la atención cuando ven un producto.
• Con dibujos o personajes que estén de moda, y colores visuales llamarás la atención de los más pequeños. Y si consigues atraer a un público infantil, conseguirás la atención de los adultos que los acompañan.
• La gente joven se para a ver un envase que le aporte sensaciones nuevas, que sea algo que no haya visto antes. La novedad manda entre los más jóvenes.
• La calidad es lo más importante para los adultos, que el envase deje ver bien el contenido del envase. Si un producto además de llamar la atención es fácilmente reconocible la venta está asegurada.
¿Sabías que según diversos estudios de neuromarketing nuestro cerebro tarda solo 2,5 segundos en decidir qué marca o producto compra?
La primera impresión del packaging cuenta
La decisión de compra se basa en un componente emocional añadido a la calidad del producto.
Causa un impacto visual con un packaging original, diferente y funcional. Cada vez es más difícil captar la atención del consumidor, ya que está constantemente expuesto a mucha información en el momento de compra, ya sea offline u online.
Por eso, un packaging original es capaz de lograr que el individuo preste toda su atención a ese producto en concreto.
Un packaging original es un valor añadido al producto
Opta por un diseño de packaging original, que llame la atención del consumidor, y tendrás la guerra ganada frente a productos de características similares de tu competencia.
El envase aporta una personalidad propia al producto y hace que el cliente se decante por el producto que le entra primero por los ojos. Es el factor clave a la hora de decidir entre varios productos.
Un diseño de packaging original vende más
El uso de las formas y los colores en el diseño del packaging debe conseguir que el consumidor se acerque a ese producto en concreto. Se intenta crear una emoción en el cliente en el momento de compra.
No hace falta hacer un gran diseño: un pequeño guiño que saque una sonrisa al consumidor ya aporta un punto positivo a tu marca con respecto al resto.