El regalo promocional es parte de la estrategia de marketing que todo tipo de empresa debería ejecutar.
Su objetivo último, no nos equivoquemos, es estimular las ventas y crear una respuesta positiva del cliente hacia la empresa para que esta venta se convierta en recurrente.
O lo que es lo mismo: Fidelizar al cliente.
Tanto si eres una empresa B2C como B2B, los artículos promocionales son una excelente forma de mejorar el reconocimiento de marca y aumentar la visibilidad de tu empresa.
Todo esto se traduce en obtener un retorno de la inversión alto, incluso para presupuesto limitados.
Ventajas del regalo promocional como táctica de impulso de ventas a través del branding
Sabemos que los regalos promocionales tienen ciertas ventajas a la hora de impulsar las ventas de una empresa, a continuación, te contamos cuáles son:
El regalo promocional no se presente como publicidad directa
En comparación con la promoción en forma de descuentos, promociones exclusivas, precios de escándalo y cualquier otra forma de marketing promocional agresiva, cuando un cliente recibe un regalo de empresa como puede ser un bolígrafo personalizado, una bolsa publicitaria o una camiseta con logo, se interpreta como un detalle personal y de reconocimiento.
No obstante, tenemos plena conciencia de que en una sociedad en la que la publicidad está al orden del día, una parte del receptor piensa que es una forma de camelarle para que nos compre a nosotros.
Siempre hay un componente de retorno en todas las acciones que realizan las empresas. Y aun así, el cliente siempre siente ese reconocimiento, esa satisfacción hacia su persona.
Al fin y al cabo, aunque resulte atrevido afirmarlo, el regalo promocional tiene matices psicológicos que los aproximan al neuromarketing.
Si no nos crees, piensa en lo siguiente. ¿Por qué las marcas y las instituciones invierten gruesas partidas presupuestarias en publicidad? La respuesta, rápida, para vender.
La compleja, para incitarte a que tomes la decisión de elegirlos a ellos y no a la competencia. Para llegar a la primera, antes hay que infiltrarse en los procesos de decisión de compra.
Aquí entra en juego elementos como:
- El packaging
- El diseño del producto
- La política de precios
- La calidad del servicio
Aunque también los recuerdos inconscientes:
- Un anuncio publicitario en la TV
- Una cartelería
- Una entrevista
- Un reportaje en medios de comunicación
- La camiseta que conseguimos en algún evento
El regalo promocional se utiliza a diario por lo que es un recuerdo inconsciente
Insistimos. Toda la publicidad es positiva. O al menos la buena publicidad. Aunque no toda sea interpretada positivamente por el receptor (nuestro potencial cliente).
Aquí reside el gran valor de los regalos promocionales y artículos publicitarios para el punto de venta. La mayor parte de las empresas regalan de forma habitual libretas, bolígrafos, carteras y billeteros…
Todos ellos tienen algo en común: son artículos que el ciudadano de a pie, nuestro cliente, utiliza en su día a día.
Rellena formularios y toma nota notas con artículos personalizados con el logo, la imagen o un mensaje de cientos de empresas.
Si es una empresa, todos sus proveedores le entregarán de forma regular material de oficina y escritorio como el mencionado con su logo.
¿Decimos que no queremos cuando nos lo ofrecen? No. Es más. Hasta lo valoramos positivamente.
Seguro que en tu empresa disponéis de un armario con material de escritorio como bloc de notas de otras empresas. Es una práctica habitual.
Recordemos que el fundamento psicológico de la publicidad tiene una base sólida: el impacto. Más tarde, una vez este se consigue y/o se transmite, aparece el segundo componente: el (buen) recuerdo.
¿Cómo puede generar un buen recuerdo algo tan sencillo como un bolígrafo? El boli suple una necesidad que existe siempre: necesitamos apuntar cosas. Y para ello también necesitamos tener un papel sobre el que escribir aquello que tenernos que recordar.
Indirectamente, cuando suplimos esta necesidad, la mente asocia lo que le aporta la solución (el boli) a algo útil y bueno para sí mismo.
Por ello, el regalo promocional se convierte en la opción número 1 de la promoción.
El regalo promocional es personalizable y económico
Hemos llegado al punto en el que entra en juego la parte racional de nuestra visión de los artículos promocionales.
Desde la óptica del consumidor, continuamos en las aguas del neuromarketing. Solo cambiamos el punto de vista para comprender el complejo universo de la publicidad corporativa.
Dejamos al cliente (potencial o real) con nuestros artículos promocionales resultándoles útiles.
En el caso de los bolígrafos, por ejemplo, lo que suele valorar el cliente es que tenga una buena tinta, y sea ergonómico (no todos agarramos de igual forma la pluma, pero todos buscamos comodidad para escribir rápido y que sea legible).
En tu caso, como empresa que invierte en marketing promocional, que puedas personalizarlo con tu logotipo o mensaje (aquí está el quiz de la inversión), que resulte económico y que tenga calidad para ser parte de tu imagen de empresa.
De lo contrario, esa asociación que veíamos en la segunda ventaja enunciada y esa aceptación del primer punto, creará un efecto totalmente opuesto para los intereses de la empresa.
Al fin y al cabo, de esto se trata. De conseguir llevar a cabo una táctica de branding que redunde en una mayor penetración en la mente del consumidor de nuestra marca y decida que nosotros, y no nuestros competidores, merecemos la confianza de que consuman nuestros productos y servicios.